
Aunque la fama alguna vez me ungiera.
La vanidad de mi pequeño nombre
quisiera abandonar en el camino,
que nadie sepa ni recuerde la mujer que fui en la tierra,
oscura peregrina.
De la fama ignorado y del renombre,
cumplir sencillamente mi destino
y que el lector futuro no se asombre
siquiera del silencio en que me obstino.
Dejar mi verso dócil o impaciente
no codicioso del aplauso ardiente
sino de oculto agrado contenido
como pintor anónimo borrado
en la leyenda de su lienzo amado.